El Cariñena Wine Museum no solo rinde homenaje al pasado; también mira con decisión hacia el futuro. Y lo hace con un firme compromiso con la sostenibilidad.

Desde su rehabilitación arquitectónica con criterios ecoeficientes hasta sus prácticas diarias de gestión responsable, el museo quiere ser ejemplo de turismo sostenible en el entorno rural.

El diseño de las exposiciones incorpora materiales reciclables, iluminación LED de bajo consumo y pantallas digitales para reducir papel. Además, promueve el uso del transporte público y la movilidad activa, e impulsa colaboraciones con productores locales que trabajan bajo criterios ecológicos.

Pero la sostenibilidad también es educativa: el museo ofrece talleres y contenidos que explican cómo el vino y la tierra pueden convivir en equilibrio. Aquí se enseña a apreciar el vino como parte de un ciclo vital, que cuida el entorno y respeta a quienes lo habitan.

“No hay futuro sin conciencia”, señala el equipo del museo. “Por eso queremos inspirar a cada visitante a valorar y proteger lo que hace especial a esta tierra”.